8.1.09

en la calle vacía

Me levantó el estúpido sonar del teléfono, mi hermano ya no estaba, mis papás se habían ido, solo se encontraba mi querida y apurada abuela, junto con la señora que plancha. Tenía muchos planes para el día (claro, si me levantaba a la hora correcta), que no se concretaron; aparte de las decisiones que toma mi madre (las cuales se me informan a último instante), la repentina y frecuente flojera que a veces me envuelve me encalló a mi casa y sus alrededores.
Los deberes que me asignó por "justa" razón mi mamá, fueron el lavar los trastos del desayuno y comida, pagar el servicio de cable, "desalojo" de los botes de basura y ordenar la sala comedor, aparte de acomodar, sacudir y trapear mi recámara.
El aullido de mi perra chihuahua me avisó que necesitaba salir, es que necesita un poco de ejercicio; la calle estaba gris (literal), parece ser que la suspensión de la obra en la esquina ha dañado el vaivén de la avenida.

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