Y es que hace una semana que no escribo; después de la limpieza del cuarto de las cosas inservibles, después de mi fallido intento por derribar el antiguo tinaco de asbesto, después de descubrir todas las cintas que filmó mi abuelito en "súper 8" y no ver más que dos (el foco del proyector se fundió); me enteré que mi tío Issac era skater, de esos de antaño, y es que encontré su "tabla", un pedazo de madera de tan solo 6" de ancho y 1" de grosor con unas llantas de 8cm de diámetro y tres tiras de lija sobre la madera hizo que volviera a querer patinar, y es que apenas hace dos años que no lo hago, incluso vendí mi patineta (me hartaba el hecho de no conseguir el flipkick).
Pero aquí estoy, el último viernes de mis duraderas vacaciones, con los pies punzantes y un plan para mañana que no me agrada del todo.
Mañana escribiré de que se trató, y como nos fue a casi la mitad de la familia Ugalde.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario